UTEM aporta al desarrollo comunitario de Maipú a través del programa “Quiero Mi Barrio”

La Universidad Tecnológica Metropolitana, a través de la Facultad de Construcción y Ordenamiento Territorial, está colaborando con el programa Quiero Mi Barrio (QMB) de la Ilustre Municipalidad de Maipú en el diseño del futuro equipamiento comunitario de la sede social de la población Pozo Almonte. Esta alianza permite que estudiantes de Ingeniería Civil en Obras Civiles y un estudiante en práctica de Arquitectura trabajen sobre un proyecto real, que ha sido largamente anhelado por la comunidad y que forma parte del proceso de recuperación de un terreno que actualmente opera como sede social, sin embargo, requiere mejoras sustantivas en su infraestructura, equipamiento y zonas de recreación.

La iniciativa se desarrolla bajo la metodología Aprendizaje + Servicio (A+S), modelo impulsado institucionalmente por la UTEM que integra el desarrollo académico con un servicio concreto para resolver necesidades de la comunidad. En este caso, el trabajo estudiantil se materializa en un proyecto completo de ingeniería y diseño —con planos, cálculos y especificaciones técnicas— que permitirá postular a financiamiento estatal del MINVU o del Gobierno Regional.

“Este tipo de proyectos permite que nuestros estudiantes enfrenten desafíos reales y trabajen con estándares similares a los que exige el sector público”, comenta el académico del Departamento de Ciencias de la Construcción y docente del ramo Hidráulica Aplicada, Marco Antonio Díaz, quien lidera el trabajo junto a la profesora Suzanne Segeur desde la carrera de Arquitectura. “Al mismo tiempo, ponemos nuestros conocimientos al servicio de un barrio que ha impulsado un proceso participativo ejemplar. Es un aprendizaje valioso para ellos y un apoyo concreto para la comunidad”, agrega.

Un proyecto multidisciplinario con impacto directo

El proyecto “QMB Pozo Almonte” integra diversas especialidades técnicas: estructura, agua potable, alcantarillado, aguas lluvia, gas, electricidad, aguas grises y riego, a cargo de la carrera de Ingeniería Civil en Obras Civiles, además de los planos de arquitectura y paisajismo a cargo del área de la carrera de Arquitectura. Esta complejidad permite que el estudiantado experimente de manera temprana el trabajo colaborativo entre disciplinas, comprendiendo la cadena completa que da vida a un equipamiento comunitario.

Para el cuerpo académico, esta experiencia es también un ejercicio de docencia pertinente, coherente con el Modelo de Vinculación con el Medio de la UTEM, que promueve procesos formativos anclados en las necesidades del entorno y en la responsabilidad social universitaria. El trabajo en terreno obliga a reforzar contenidos, ajustar metodologías y acompañar de manera activa al socio comunitario durante cada etapa del proyecto.

El contacto con problemáticas reales incrementa la motivación, favorece el aprendizaje a largo plazo y permite a los estudiantes visualizar desde ahora el tipo de responsabilidades que asumirán como futuros profesionales. Además del fortalecimiento técnico, la experiencia desarrolla competencias genéricas clave, como la comunicación efectiva, la ciudadanía activa y la toma de decisiones en contextos reales.

El profesor Díaz destaca que este tipo de desafíos “ayuda a que los estudiantes entiendan el lado social de su disciplina, y reconozcan que las obras que proyectan impactan directamente en la vida de las personas”.

Etapa actual del proyecto

Durante este semestre, el equipo UTEM realizó el levantamiento en terreno y actualmente está desarrollando los proyectos técnicos y cálculos que integran la carpeta de postulación. El próximo hito será entregar la documentación lista para su ingreso a las entidades evaluadoras, siguiendo los estándares y requerimientos necesarios para obtener financiamiento estatal. Paralelamente, el equipo incorpora actividades de reflexión, monitoreo y evaluación, elementos propios de la metodología A+S para garantizar un aprendizaje de calidad.

La colaboración entre la ingeniería aplicada y la arquitectura permite crear un producto técnico tangible que no solo representa un desafío académico relevante, sino también un aporte concreto para una comunidad que ha impulsado de manera participativa la recuperación de su espacio local. El resultado será un plan integral, profesional y con impacto directo en la calidad de vida del barrio Pozo Almonte.

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